martes, 19 de enero de 2010

Despejarse las pelotas!


Aún con el sonido de viento acariciándome, y la fragancia única e irrepetible del mar llenando todos mis poros desembarqué en Retiro dispuesto a conservar esa sabiduría adquirida durante tantos días de "alpedismo" y recreación. Porque uno vuelve siempre un poco más sabio aunque no lo crean. Me prometí darle a las cosas la importancia justa y necesaria y me sentí en condiciones de decirle NO a la estupidez que me subió a la vorágine de esta urbe durante todo un año.

Adherí al "Nefreguismo" en su versión mas ortodoxa y al "melametodismo", una corriente de pensamiento de origen milenario que practicaban personajes como Poncio Pilato, y en la actualidad sabandijas como Ricardo Fort y el Poder Ejecutivo por ejemplo.

Con esa actitud, desenfadado y pleno de sol cargue los bolsos hasta la línea C de subtes sin que nada alterara mi nueva vida. Porque los maleteros "rapiña", los boludos con valijas con rueditas que zigzaguean, los vendedores ambulantes de Retiro, los burriquetes chorros, los pungas, los borrachos, la humedad hija de puta de Buenos Aires y las caras sonrientes de los que van a emprender su viaje nos atacan desde que arribamos, inmisericordes.

Las gotas de transpiración y el olor a fritanga de los bares se pararon delante de mi pero tampoco consiguieron que esta nueva versión de Peppe renovado se amilanara.

El Roca con todo lo que implica pasó inadvertido, algunos ataques aislados para romper mi calma sobrenatural hubo pero he logrado ser inmune a los vendedores aullantes, a los que imponen su mercancía sobre nuestro regazo sin preguntar, a la baranda eterna de los vagones y al horario de partida de los servicios en los que literalmente se cagan maquinistas, operadores, señaleros, guardas, directivos y otros venenosos mal nacidos.

¿Podía la demora irracional del 548 atentar con éxito contra mi espíritu veraniego?, de ningún modo, lo intentó pero no lo consiguió. Pese a los denodados esfuerzos de los que empujan sin necesidad, de los que duermen instantáneamente como fulminados cuando sube una anciana o alguien con necesidad de sentarse. Ni siquiera los púberes maleducados y pelotudos que vuelven a sus casas con sarnas etílicas y resacas buscadas para relatar posteriormente como hazaña pudieron quitarme la sonrisa de mi rostro bronceado y distendido. El canto de las aves, el susurro de las olas era mi única respuesta.

Durante ese fin de semana ensamblé perfectamente mi rutina semanal con aires de victoria, disfruté anticipadamente de llevar a cabo mi fatídica e insípida rutina de vida con este nuevo blindaje de sal y viento.

Ja Ja Jaaaaaaa sonreí el Lunes por la mañana cuando había concluido un 30% de mis trámites, no habían podido conmoverme las caras de orto de los cajeros del Galicia ni del Itaú, (si, las sucursales de estos bancos en Banfield son atendidas por gente con cara de culo), ni las minas que con 37 pendejos, (promedio), van a cobrar esta asignación limosna clientelista del matrimonio de ratas que son los Kirchner. Como siempre cruzar Larroque en su cruce con Hipólito Yrigoyen es un Dakar lomense donde máquina y transeúnte se enredan en un combate mortal diario. Unos por atropellar y otros por evitar lamer neumáticos desde el piso.

Esto tampoco me conmovió aunque desobedecí algunas reglas de conducta "Nefreguica" al insultar al conductor de un Siena. Solo restaba abonar las facturas que habían llegado durante mi ausencia y aunque habían caído como uvas maduras y en gran cantidad el Pago Fácil o el Rapipago eran mi última parada del día, luego, fortalecer mi nueva doctrina "Alpédica" mirando fotos de mi etapa de aprendizaje y liberación en las playas de Claromecó.

Cientos de personas bajo el sol para abonar o hacer trámites en Metrogas... ancianos, niños... todos muertos en vida, sin esa rubia y gallarda rebeldía que revestía mi alma... sentí pena por ellos.

Las colas del Pago Fácil y el Rapipago no eran como la de Metrogas pero eran extensas y estaban plagadas de viejas y pelotudos que no advertían que la cola avanzaba. El avance en si era lentísimo, pero sabrán los que alguna vez han sido cadetes o hacen colas a menudo, que avanzar cuando menos una baldosa es un empuje extra para soportar, es un grito de esperanza como cuando alguien delante nuestro, resignado, abandona y se marcha. Avanzar, aunque sea de a 5 centímetros es necesario para cobrar nuevas fuerzas.

Pero como dije los pelotudos parecían disfrutar de la espera bajo el sol del mediodía, porque ya casi era mediodía. Me llevó más de la cuenta el pagar las facturas de mierda pero lo peor sucedió cuando el empleado del Pago Fácil me anunció que la factura de Metrogas estaba vencida y que debía pagarla en Metrogas...

Debía hacer la monstruosa cola de los muertos en vida... lejana la diáfana melodía del pochoclero que transitaba los atardeceres en la playa sentí que A1 ¡tocado! era un mal augurio.

¿Donde estaba el sonido de los gigantescos eucaliptos cantando mecidos por el viento?, el gusto a sal de mi piel definitivamente lo había dejado allá pero el aroma... ese aroma lo imaginaba tan claramente...

Las cuencas vacías de lo que debían ser ojos me escrutaron al llegar, los muertos parecían sonreír por cada pelotudo que llegaba al martirio del último lugar, necesitaba los caracoles y piedras singulares recogidos en la playa para metérmelos en el culo e infringirme un daño que me despertara de esta pesadilla. Ya no quería una postura "Alpédica", mi nerviosismo diario y mi electricidad incontrolable eran necesarios si quería sobrevivir a esas tres colas de cola, (que eso resultaron ser...), que calculaba.

Y de repente, como un rayo que opacó el sol del mediodía, como una centella de brasas y fuego del infierno el magma muerto surgió de mis entrañas y susurré... "la concha bien de mi madre..."

Se rompieron las represas, se agrietaron los diques, sucumbieron las vallas, todo alambrado perimetral, cualquier muro de contención desapareció bajo el poder fulminante de la ira. Incendié Banfield con mis insultos, desmayé gente con mi respiración agitada y paranoica, silencié el canto de los pocos y pelotudos pájaros y deje que todo el mal renaciera poderoso, inmundo y me poseyera una vez más.

- Legión es mi nombre - susurré a la anciana que estaba detrás de mi padeciendo el sol. Podía morir detrás de mi que jamás le cedería mi lugar en la cola al cadalso.

No sé que fue de esa parte renovada de mi ser, está bien muerta y si la encontrase la asesinaría nuevamente. Me bajó las defensas y me entregó como un cordero al holocausto diario, por lo cual he decidido que nunca más traeré de mis vacaciones nuevas ideas de vida o pensamiento.

Antes bien, debo contaminar el lugar al que voy con mi aceleración demoníaca durante el tiempo que permanezca vacacionando. Y cuando alguien me aconseje, - Distendete, ... estás de vacaciones - dejaré que la ancestral lengua satánica se suelte y lo maldiga en un castellano contemporáneo y entendible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJJAJAAAAAAA!!!!!!!! HASTA LOS PUNTO Y COMA SON EXACTOS!!! ESA 1º SEMANA FUE SATANICA. YO ME HACIA LA BOLUDA PENSANDO QUE A MI NO ME IBA A TOCAR, QUE EL DESDICHADO CON MALA PATA ERAS VOS. PERO EL DESTINO SE ENCARGO DE TIRARME EN LA CARA TAMBIEN UN PAR DE COLAS GIGANTESCAS Y POMENORES QUE FUERON MAYORES. EN FIN...SE ME HACEN TAN LEJANAS LAS VACACIONES...Kro

ACACIA dijo...

¡Peppe!!!
¡Qué te puedo decir! ¡Qué bien que escribís! Hay frases que son memorables.
Y qué don el de hacerme reír tanto con la cruda realidad.
Gracias!

Acacia

quienotrasinoyo dijo...

no, no, no, lo q me rei jaajjajaa, sos un grosso Pepe, jaja
besos, Dorys